El colágeno es la proteína más abundante del cuerpo humano, forma la estructura de todo el sistema locomotor (huesos, cartílagos, ligamentos y tendones), del sistema de protección (piel, estructuras del tejido conectivo que envuelven y protegen músculos y órganos), de la pared de los vasos sanguíneos, cornea ocular, cuero cabelludo, encías y dentina. El colágeno aporta forma , resistencia, flexibilidad y grosor a los tejidos orgánicos antes mencionados, por su composición también llamados colagenosos.

Dada la abundancia e importancia de estos tejidos en el organismo, su pérdida o degradación causa diversas y notorias alteraciones orgánicas. Muchos síntomas asociados al envejecimiento físico tienen su origen en el deterioro y desaparición de las fibras de colágeno:

  • Artrosis (desgaste, molestias y dolor articular).

  • Osteopenia y osteoporosis (pérdida de masa ósea y consiguiente descalcificación y  fragilidad del hueso).

  • Afecciones músculo-tendinosas y ligamentosas.

  • Envejecimiento dérmico.

Alrededor de los 25 años la capacidad de sintetizar colágeno por las células especializadas comienza a disminuir espontánea y progresivamente, entre los 25 y 50 años el organismo pierde un 1.5% anual de colágeno, de forma que al llegar a los 50 años ha perdido un 35% del colágeno tisular. Pero la edad no es la única causa de pérdida de colágeno, existen otros factores de riesgo capaces de acelerarla:

  • Deporte y ejercicio físico: la práctica de ejercicio físico intenso y continuado conduce a un desgaste acelerado del colágeno de articulaciones y sistema músculo tendinoso, originando articulaciones prematuramente envejecidas en personas aún jóvenes, así como patologías asociadas como la artrosis, que tiene una alta prevalencia entre deportistas.

  • Menopausia: la disminución de los niveles hormonales propios de esta etapa de la vida de la mujer, acelera fuertemente la pérdida de colágeno tisular.

  • Sobrepeso: este conlleva una sobrepresión y desgaste excesivo del cartílago de rodilla y extremidades inferiores.

  • Traumatismoayuda a originar una cicatrización o desgaste anómalo o acelerado de los tejidos colagenosos.

Pérdida de colágeno y dolor articular (artrosis)

Como ya hemos dicho antes, la estructura de todos los tejidos de la articulación está formada por fibras de colágeno (el colágeno constituye el 67% del peso seco del cartílago y el 86% de los tendones), el deterioro del estas fibras bien por el paso del tiempo u otros factores, hace que el tejido vaya perdiendo grosor y consistencia pudiendo llegar a desaparecer provocando que los extremos óseos rocen entre sí, se deformen y produzcan dolor. Es lo que conocemos como artrosis.

La gravedad de la artrosis se debe a que es crónica, degenerativa, dolorosa y compromete seriamente la  movilidad y calidad de vida de las personas que la padecen.

 

Pérdida de colágeno y osteoporosis

Al llegar a la madurez, el hueso va perdiendo gradualmente gran cantidad de de las fibras de colágeno que forman su matriz y las sales cálcicas que soportaba se van desprendiendo dando lugar a descalcificaciones. El resultado es que el hueso pierde densidad se va haciendo más frágil, pudiendo llegar a fracturarse espontáneamente.

Para combatir la descalcificación, resulta poco eficaz suplementar la dieta únicamente con calcio y vitamina D, ya que el calcio ingerido no se puede fijar si no existe una matriz de colágeno adecuada y su exceso se puede depositar zonas de nuestro cuerpo no convenientes como en riñones, arterias…

 

Pérdida de colágeno y envejecimiento dérmico

La capa central más gruesa de la piel es la dermis formada en un 95% de su peso seco por colágeno y un 3% de elastina, de forma que cuando la piel pierde colágeno, pierde grosor y tersura, dando lugar arrugas.

 

Pérdida de colágeno y mayor vulnerabilidad frente a lesiones músculo-tendinosas y ligamentosas

A medida que el colágeno del tendón y las fascias musculares se va deteriorando, estos tejidos pierden resistencia y se vuelven más vulnerables frente a traumatismos y lesiones

 

Colágeno hidrolizado oral

El colágeno hidrolizado (CH) es la forma más asimilable de colágeno, y es la más adecuada para la dieta diaria. Se llama hidrolizado porque ha sufrido un intenso proceso de fragmentación necesario para que pueda ser absorbido por nuestro organismo,  se obtiene de tejidos de animales ricos en esta proteína, elaborado mediante un proceso que asegure su pureza, máxima seguridad alimentaria y facilidad en la toma de la cantidad eficaz (10gr).

Algunos preparados de colágeno hidrolizado también llevan añadidos otros componentes que los hacen más completos. El magnesio ayuda a la síntesis de proteínas, y a la correcta transmisión entre el sistema nervioso y el muscular, ayudando a la correcta función del músculo y evitando calambres, la vitamina C ayuda a la síntesis de procolágeno y el ácido hialurónico que potencia la acción del colágeno.

Es un hábito saludable, y una ayuda alimentaria natural y eficaz para prevenir y tratar enfermedades relacionadas con la pérdida de colágeno, como la artrosis o la osteoporosis, así como lesiones músculo-tendinosas y ligamentosas, favoreciendo además la evolución de las intervenciones traumatológicas, estéticas y de implantes, entre otros muchos posibles beneficios.