Y es que siempre hay un momento adecuado: que si llega la época de ponerse el bikini, que si hay que recuperar la figura después de un tiempo de relax y desmanes, que si quiero dejar a todo el mundo boquiabierto en una fiesta, etcétera, etcétera, etcétera. Y es que es la época, ahora toca. Ahora nos toca perder esos kilos que hemos cogido este verano y por eso ahora toca hablar de esas dietas mal llamadas “milagro” que prometen perder mucho peso, sin esfuerzo y además en muy poco tiempo ¡ja!
Con estas dietas hay que tener muchísimo cuidado. Si te prometen perder mucho peso en poco tiempo ya puedes empezar a desconfiar, porque en épocas de ayuno nuestro cuerpo es capaz de poner en funcionamiento mecanismos hormonales y nerviosos para obtener mayor rendimiento metabólico, es decir, el cuerpo gasta menos energía y aumenta el apetito, de forma que cuando se vuelve a comer de forma normal se recupera el peso rápidamente. Para colmo, este peso recuperado es fundamentalmente de tejido graso, que es precisamente el que origina más problemas de salud y el que debemos reducir.
Te podría poner multitud de ejemplos de estas dietas, curiosas donde las haya, como la del británico Venice A. Fulton (su verdadero nombre es Paul Khannan) que recomienda ducharse con agua fría, tomar dos cafés en el desayuno, mucho té verde y más cosas de este tipo. Pero como esta y sin ningún rigor científico hay muchas: la dieta de la patata, del chocolate, de la piña, la disociada, la de Shelton, la del bocadillo, la paleolítica…
En algunas de estas dietas al principio es muy fácil pensar que perdemos peso porque normalmente van acompañadas de recomendaciones o productos para eliminar agua, nos deshinchamos, perdemos volumen y creemos que lo perdido es grasa; nos animamos y llegamos a la conclusión de que esta dieta sí que es milagrosa, así que vamos y se la contamos a todas nuestras amigas. Pero pasada esta primera etapa de euforia, empieza la cuesta arriba porque para perder peso hay que disminuir el aporte energético sí o sí, y nuestro cuerpo, para obtener la energía que necesita, recurre a la grasa. Hasta aquí bien, pero si seguimos una dieta sin control acaba por consumir nuestras propias proteínas, disminuyendo la masa muscular.
También hay que huir de las dietas que nos dejan comer la cantidad que queramos pero solo de un determinado tipo de alimento: no vas a pasar hambre, puede ser verdad, pero lógicamente si la dieta no es variada, si no falta de un tipo de nutriente es porque falta de otro, según sea la dieta de la que hablemos (vitaminas, minerales, proteínas…), y claro, el problema que se nos plantea es que para el correcto funcionamiento de nuestro organismo sabemos que hacen falta todos. Como consecuencia podemos llegar a sufrir alteraciones metabólicas. Y si para colmo la dieta es de las conocidas como hiperproteicas, además, sobrecargas el hígado y riñones pudiendo llegar a dañarlos con el tiempo.
Con lo que acabo de contarte solo llego a una conclusión: yo no creo en este tipo de milagros. Prefiero ponerme en manos de un buen profesional cualificado (los nutricionistas son los que más saben de estas cosas) capaz de hacerme una dieta personalizada, adaptada a mis gustos y necesidades, que me aconseje el peso que debo perder y en qué tiempo perderlo ¿qué más se puede pedir? En Farmacia El Puente contamos con Eli, quien te aconsejará como perder peso de forma segura sin poner en peligro tu salud pero, sobre todo, lo más importante, te da las pautas para comer de una manera sana y equilibrada para no volver a recuperar esos kilos de más que tanto te ha costado quitarte de encima ¡ya sabes dónde encontrarnos!