El 31 de mayo de cada año la OMS y sus asociados celebran el Día Mundial Sin Tabaco para hacer hincapié en los riesgos sanitarios asociados al consumo de tabaco y abogar por políticas eficaces que contribuyan a reducir dicho consumo.

Según la OMS el consumo de tabaco mata a más de cinco millones de personas cada año, es decir más que el VIH/Sida, la tuberculosis y el paludismo juntos. De continuar la tendencia actual, el consumo de tabaco podría cobrarse la vida de más de ocho millones de personas por año en 2030 y hasta mil millones en total en el siglo XXI.

Con ocasión del Día Mundial Sin Tabaco 2016, la OMS hace un llamamiento a todos los países para que se preparen para el empaquetado neutro de los productos de tabaco.

El empaquetado neutro es una importante medida de reducción de la demanda que disminuye el atractivo de los productos de tabaco, restringe el uso de los paquetes de tabaco como soportes para publicitar y promover el tabaco, limita el empaquetado y etiquetado engañosos y aumenta la eficacia de las advertencias sanitarias.

Lo que se pretende con el empaquetado neutro de los productos de tabaco es restringir o prohibir el uso de logotipos, colores, imágenes de marca o información promocional sobre el envase, excepto los nombres de la marca y del producto, que se han de presentar en un color y tipo de fuente estándar.

El empaquetado neutro se apoya en otras medidas que forman parte de un enfoque multisectorial integral del control del tabaco. 

Una de las principales causas de defunción, enfermedad y empobrecimiento

El tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. Mata a casi 6 millones de personas al año, de las cuales más de 5 millones son consumidores directos y más de 600.000 son no fumadores expuestos al humo ajeno.

Casi el 80% de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, donde es mayor la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco.

Los consumidores de tabaco que mueren prematuramente privan a sus familias de ingresos, aumentan el costo de la atención sanitaria y dificultan el desarrollo económico.

En algunos países, los niños de los hogares pobres trabajan con frecuencia en el cultivo de tabaco para aumentar los ingresos familiares. Esos niños son especialmente vulnerables a la enfermedad del tabaco verde, producida por la nicotina que absorbe la piel cuando se manipulan hojas de tabaco húmedas.

La vigilancia es crucial

Un seguimiento eficaz permite determinar la amplitud y el carácter de la epidemia de tabaquismo y la mejor manera de adaptar las políticas. Sólo uno de cada tres países, que representan un tercio de la población mundial, hace un seguimiento del consumo de tabaco, para lo cual realizan sistemáticamente, cada cinco años, encuestas representativas entre jóvenes y adultos de todo el país.

 El humo ajeno mata

Humo ajeno es el que se produce cuando la gente quema productos de tabaco como cigarrillos, bidis y pipas de agua en espacios cerrados. El humo del tabaco contiene más de 4.000 productos químicos, de los cuales se sabe que al menos 250 son nocivos, y más de 50 causan cáncer.

No hay un nivel seguro de exposición al humo de tabaco ajeno.

  • En los adultos, el humo ajeno causa graves trastornos cardiovasculares y respiratorios, en particular coronariopatías y cáncer de pulmón. Entre los lactantes causa muerte súbita. En las mujeres embarazadas ocasiona bajo peso ponderal del recién nacido.

  • Casi la mitad de los niños respiran normalmente aire contaminado por humo de tabaco en lugares públicos.

  • Más del 40% de los niños tienen al menos un progenitor que fuma.

  • El humo de tabaco ajeno causa más de 600 000 muertes prematuras cada año.

  • En 2004, los niños representaron el 28% de las defunciones atribuibles al humo de tabaco ajeno.

Todas las personas deberían poder respirar aire sin humo. Las leyes contra el humo protegen la salud de los no fumadores, son bien acogidas, no perjudican a los negocios y animan a los fumadores a dejar de fumar.

Más de 1300 millones de personas, o el 18% de la población mundial, están protegida por leyes nacionales integrales sobre espacios sin humo. 

Los consumidores de tabaco necesitan ayuda para dejarlo

Diversos estudios revelan que pocas personas comprenden los riesgos específicos para la salud que entraña el consumo de tabaco.

La mayoría de los fumadores que conocen los peligros del tabaco desean dejarlo. El asesoramiento y la medicación pueden duplicar con creces la probabilidad de que un fumador que desea abandonar el tabaco lo consiga.

Sólo 24 países, que representan el 15% de la población mundial, disponen de servicios nacionales integrales para ayudar a los consumidores a dejar de fumar.

Las advertencias gráficas funcionan

Las advertencias textuales y gráficas impactantes (en especial las que incluyen imágenes) permiten reducir el número de niños que empiezan a fumar y aumentar el número de fumadores que dejan el tabaco.

Las advertencias gráficas pueden persuadir a los fumadores de que protejan la salud de los no fumadores fumando menos en el interior de las viviendas y evitando fumar cerca de los niños.

Solo 42 países, que representan el 19% de la población mundial, aplican las prácticas óptimas relativas a las advertencias gráficas, que comprenden la inclusión de advertencias en el idioma local y la exigencia de que ocupen, en promedio, al menos la mitad del anverso y el reverso de los paquetes de cigarrillos

Las campañas en los medios de información también pueden reducir el consumo de tabaco alentando a la gente para que proteja a los no fumadores y convenciendo a los jóvenes para que abandonen el tabaco.

Más de la mitad de la población mundial vive en los 39 países que en los dos últimos años han realizado al menos una campaña intensiva contra el tabaco en los medios de comunicación.

La prohibición de la publicidad reduce el consumo

La prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco puede reducir el consumo.

  • La prohibición general de todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco permitiría reducir el consumo de tabaco en un 7%, aproximadamente, como media, si bien en algunos países se podría lograr una disminución de hasta el 16%.

  • Solo 29 países, que representan el 12% de la población mundial, han prohibido completamente todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.

  • Aproximadamente uno de cada tres países carece de restricciones, o sólo tiene restricciones mínimas, de todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.

Los impuestos desalientan el consumo de tabaco

Los impuestos al tabaco son el medio más eficaz para reducir el consumo, especialmente entre los jóvenes y los pobres. Un 10% de aumento de esos impuestos reduce el consumo de tabaco aproximadamente un 4% en los países de ingresos altos y un 5% en los países de ingresos bajos o medios.

A pesar de ello, establecer impuestos altos al tabaco es una medida poco frecuente. Sólo 33 países, que representan el 10% de la población mundial, tienen impuestos sobre el tabaco que superan el 75% del precio al por menor.

A tenor de los datos disponibles, los ingresos fiscales son, en promedio, 269 veces mayores que los gastos en actividades de control del tabaco.

Debe detenerse el comercio ilícito de productos de tabaco

El comercio ilícito de productos de tabaco plantea en el mundo entero grandes problemas sanitarios, económicos y relacionadas con la seguridad. Se estima que uno de cada 10 cigarrillos y demás productos de tabaco que se consumen a nivel mundial es de origen ilícito. El mercado ilícito cuenta con el respaldo de diversos agentes, desde pequeños vendedores ambulantes hasta redes del crimen organizado involucradas en el tráfico de armas y de seres humanos.

La eliminación del comercio ilícito de tabaco contribuirá a la reducción del consumo nocivo del tabaco, pues restringirá la disponibilidad de alternativas baratas y no reglamentadas e incrementará los precios generales del tabaco. 

Poner fin al comercio ilícito de productos de tabaco es una prioridad sanitaria, y además es un objetivo alcanzable. Pero para ello es necesario mejorar los sistemas nacionales y subnacionales de administración tributaria y apostar por la colaboración internacional, por ejemplo mediante la ratificación y aplicación del Protocolo para la eliminación del comercio ilícito de productos de tabaco, un tratado internacional independiente negociado por las Partes en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS).

De cara al público, la industria tabacalera se muestra favorable a la adopción de medidas contra el tráfico ilícito, pero se comporta de forma muy diferente entre bastidores. Según demuestran una serie de documentos internos del sector, dados a conocer en el contexto de diversas causas judiciales, en realidad la industria del tabaco ha fomentado activamente el comercio ilícito en el mundo entero.

Al mismo tiempo, también se esfuerza por impedir la aplicación de medidas de control de tabaco, por ejemplo en forma de subidas de impuestos o de requisitos que exigen la inclusión de advertencias sanitarias gráficas, alegando falazmente que impulsarán el comercio ilícito.

 

Respuesta de la OMS

La OMS está determinada a luchar contra la epidemia de tabaco. El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco entró en vigor en febrero de 2005. Desde entonces, se ha convertido en uno de los tratados más ampliamente respaldados en la historia de las Naciones Unidas y ha sido suscrito por 180 partes, que representan el 90% de la población mundial.

Este Convenio, el instrumento más importante la OMS para el control del tabaco, es un hito en la promoción de la salud pública. Es un tratado basado en pruebas científicas que reafirma el derecho de las personas al nivel más alto posible de salud, establece perspectivas jurídicas para la cooperación sanitaria internacional y fija criterios rigurosos en lo relativo al cumplimiento.

En 2008, la OMS adoptó un conjunto de medidas prácticas y eficaces en relación con sus costos, a fin de intensificar la aplicación de las disposiciones del Convenio Marco de la OMS sobre el terreno. Esas medidas, consideradas como opciones buenas y óptimas para reducir el consumo de tabaco, se reúnen en el conjunto MPOWER. Cada una corresponde por lo menos a una disposición del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco.

Las seis medidas MPOWER son los siguientes:

  • Vigilar el consumo de tabaco y las medidas de prevención.

  • Proteger a la población del humo de tabaco.

  • Ofrecer asistencia a las personas que deseen dejar de fumar.

  • Advertir de los peligros del tabaco.

  • Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio.

  • Aumentar los impuestos al tabaco.

El Protocolo para la eliminación del comercio ilícito de productos de tabaco del CMCT de la OMS establece una amplia gama de medidas en relación con la cadena de suministro de tabaco, por ejemplo, en lo referente a la concesión de licencias para la importación, exportación y fabricación de productos de tabaco; el establecimiento de sistemas de seguimiento y localización; y la imposición de las sanciones penales a los responsables de operaciones de tráfico ilícito. Asimismo, trata de penalizar la producción ilícita y el contrabando transfronterizo.

Para terminar tengo que decir que de los 1000 millones de fumadores que hay en el mundo, aproximadamente 200 millones son mujeres. La industria tabacalera apunta vigorosamente a las mujeres para ensanchar su base de consumidores y remplazar a los que dejan de fumar o mueren prematuramente por cáncer, ataques cardíacos, accidentes vasculares cerebrales, enfisema pulmonar u otras enfermedades relacionadas con el tabaco. Son diferentes los motivos que inducen a fumar a los chicos y a las chicas; asimismo, el consumo de tabaco daña de modo diferente a hombres y mujeres. Aproximadamente, cada año mueren en el mundo 1,5 millones de mujeres como consecuencia del consumo de tabaco. Entender y controlar la epidemia de tabaquismo en las mujeres es una parte importante de cualquier estrategia de control del tabaquismo.