Enfermedades cardiovasculares son las enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos, tanto a nivel del corazón como de otros órganos (cerebro, riñón miembros inferiores). Pueden manifestarse de diferentes maneras, dependiendo del vaso sanguíneo al que afecte. Entre las más importantes están el infarto de miocardio o los accidentes cerebrovasculares (trombosis, embolia y hemorragia cerebral). El riesgo cardiovascular (RCV) es la probabilidad que tenemos de sufrir alguna de estas enfermedades en un periodo de tiempo.

Como veis son enfermedades muy graves y muy frecuentes, pues son la principal causa de muerte en los países desarrollados, por eso es tan importante su prevención y control.

Algunos de los factores de riesgo que predisponen a padecer una enfermedad cardiovascular, no se pueden modificar como por ejemplo: la edad, el sexo, la raza o los antecedentes familiares. Sin embargo, existen otros factores sobre los que si podemos actuar:

  • Hipertensión arterial
  • Aumento del colesterol y triglicéridos
  • Diabetes
  • Tabaquismo
  • Sobrepeso y obesidad
  • Sedentarismo
  • Abuso de alcohol
  • Ansiedad y estrés

No hay que olvidar que el consumo de tabaco, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia son los tres factores modificables más importantes para aumentar el riego cardiovascular.

Cuando tienes varios factores de riesgo cardiovascular a la vez, aunque cada uno solo esté ligeramente alterado y no les des importancia (exceso moderado de peso, poca actividad física, la tensión arterial un poco alta, el colesterol algo aumentado y además fumas), el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular es igual e incluso mayor que si existe un solo factor de riesgo muy alterado. La existencia de varios factores de riesgo multiplica el riesgo de manera exponencial.

Cuida tu corazón

¿Qué papel juegan?

Hoy vamos a hablar sobre el colesterol y triglicéridos y cómo influyen en las enfermedades cardiovasculares. Lo primero que tenemos que tener claro es que el colesterol es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Realiza funciones tan importantes como formar parte de las membranas celulares, o síntesis de hormonas y vitaminas.

La mayor parte del colesterol lo sintetiza nuestro propio cuerpo en el hígado, mientras que los triglicéridos proceden de la dieta, se transportan a los tejidos, y allí se almacenan en forma de grasa. Son la principal reserva de energía del organismo, liberándose cuando nuestro cuerpo la necesita.

La sangre conduce el colesterol desde el intestino o el hígado hasta los órganos que lo necesitan, unidos a lipoproteínas. Hay varios tipos de lipoproteínas pero las que nosotros vamos a destacar son las dos más conocidas:

  • Lipoproteína de baja densidad (LDL): transportan el colesterol desde el hígado a todas las células de nuestro organismo. Este colesterol es el que se deposita en las paredes de las arterias, formando placas de ateroma.
  • Lipoproteína de alta densidad (HDL): recogen el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado para su almacenamiento o eliminación al exterior a través de la bilis.

Por eso, según vaya el colesterol unido a un tipo u otro de lipoproteínas lo conocemos como colesterol malo (colesterol unido a la LDL) o colesterol bueno (colesterol unido a la HDL), y a la suma de los dos lo llamamos colesterol total.

La hipercolesterolemia (valores de colesterol en sangre por encima de los valores normales) no presenta ni síntomas ni signos físicos, así que su diagnóstico sólo puede hacerse mediante un análisis de sangre. Es conveniente que si tienes riesgo tener los niveles de colesterol o triglicéridos altos (familiares que tengan cardiopatía isquémica u otras enfermedades cardiovasculares, si tienes sobrepeso,  comes muchas comidas ricas en grasas…) te hagas un análisis de vez en cuando para controlar tus niveles.

Como ves, un análisis de sangre en el que se determina el colesterol total es poco específico. Por eso, al menos cuando el resultado de colesterol total es alto, lo conveniente es también conocer los niveles de colesterol bueno, colesterol malo y triglicéridos, para ver qué proporción hay de cada uno.

¿Por qué son factores de riesgo?

Se ha demostrado que las personas con niveles de colesterol en sangre elevados tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que personas con valores normales. Cuando las células no pueden absorber todo el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se deposita en la pared de la arteria y contribuye a su progresivo estrechamiento originando lo que conocemos como arterosclerosis o ateromatosis.

También se sabe que si un enfermo de ateromatosis mantiene muy bajos sus niveles de colesterol en sangre puede lograr que ese colesterol pase de la pared de la arteria nuevamente a la sangre y que sea eliminado. Por ello, se recomienda a los pacientes que han sufrido infarto de miocardio o accidente cerebral que mantengan cifras muy bajas de colesterol para intentar limpiar así sus arterias.

Por otra parte, en estudios que se han realizado a pacientes que han sufrido algún tipo de accidente cardiovascular se ha visto que tenían los valores de triglicéridos por encima de los valores normales, aun con cifras de colesterol normal.

Como ya hemos comentado antes, las cifras de colesterol y triglicéridos en sangre podemos mantenerlas a raya siguiendo unos hábitos de vida saludables. Lo más importante: controlar la dieta, pero también practicar ejercicio físico aeróbico moderado de forma regular. Si a pesar de ello siguen elevados los niveles, lo mejor es acudir al médico de cabecera para que estudie que tipo de tratamiento es el más adecuado.